No es que no haya pasado nada más interesante que la selección del Chiki Chiki para Eurovisión, sino que he estado muy ocupado estas semanas, y además he dedicado mis ciberesfuerzos sociales a Facebook, una web social donde hay tanta gente que he estado poniéndome al día. Si aún no estás en Facebook, ya tardas. Y si estás, no te olvides de añadirme.
Pero a lo que iba, resulta que hay días en los que vale la pena salir de la cama solo por que el destino se ponga de tu parte y te dé una alegría, o por lo menos un consuelo. "Éste ha ligado", estarás pensando, pero no (o debería decir: no, por supuesto; he dicho un consuelo, no un milagro). El caso es que gracias a Facebook he localizado a algunos de los que brevemente fueron mis compañeros de trabajo en Dark Water (el estudio de Derry con el que empezó todo esto) y uno de ellos, con el que logré hacer buenas migas, me ha estado contando que ninguno de mis ex-jefes está ya en la empresa, que les han enviado a casa porque se han quedado sin dinero, y que van a cerrar el chiringuito si el proyecto no logra más financiación.
Qué signfica todo esto? Pues que de sentirme miserable y fracasado, ahora me parece como si hubiera esquivado una bala y fuera el hombre más afortunado del mundo. Quién iba a decir que un cuadro de ansiedad terminaría pareciendo una cosa buena después de todo? Creo que pasar este próximo verano en Mallorca, aunque sea sin trabajo ni casa propia, va a ser la venganza más dulce a un año de desastres.
1 comentari:
Para que veas. La vida nos lleva por otros derroteros por algo. En fin, cuídate.
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