Después de casi dos semanas puede que a este blog ya no le quede ningún lector, y los que le queden deben estar esperando otra emocionante crónica irlandesa. Pero ni yo estoy ya en Irlanda ni me queda otra aventura por contar que la de como mi viaje terminó de forma abrupta y accidentada, y yo de vuelta en Mallorca y con muy pocas ganas de volver a irme de aquí.
Al día siguiente de Halloween, empezaron los síntomas. Primero un leve malestar, luego la esperada incomodidad de vivir en una nueva casa, luego los nervios en el estómago, las noches sin dormir y los días sin comer, luego la ansiedad y el bloqueo mental, y tras los tres primeros días con este estado anímico tan poco recomendable, mi salud ya había empezado a deteriorarse. Aunque la idea de comprobar hasta donde era capaz de aguantar antes de caer seriamente enfermo, solo por evitar darme por vencido, era tentadora, finalmente se impuso la más razonable de guardar las pocas fuerzas que me quedaban para un regreso humilde y honroso, ya que no heroico. Ante la disyuntiva de si volver con mi escudo o sobre él, finalmente he vuelto a casa, sin escudo, mucho antes de lo previsto, ciertamente derrotado pero no humillado, ya que no hay humillación en encontrarse con el límite de tus posibilidades. No envié a mis tropas a luchar contra los elementos, dijo Felipe II.
Además de la pérdida de mis maletas en el trayecto de Londres a Palma, el regreso no ha sido ni mucho menos un lecho de rosas. Tras el debido reposo, las cosas no han sido más fáciles en casa, aunque por razones totalmente distintas, y las aguas tardarán un tiempo en volver a su cauce. No he tenido tiempo, ni tampoco la voluntad, de pensar en el futuro. Derry es ya un recuerdo lejano, y mis planes el esbozo de una experiencia abortada antes de empezar.
Un compañero de trabajo, con muchos años en la profesión, me contó que nunca había tenido un hogar duradero al haber tenido que trasladarse toda su vida a donde le llevara su trabajo. Un sacrificio que yo no estoy dispuesto a hacer, por lo cual me siento más aliviado que decepcionado. Finalmente encontré en Irlanda algo que no estaba buscando pero que vale más que el éxito: una respuesta a mis dudas. Me alegro de haber descubierto finalmente hasta donde podía llegar, en lugar de lamentarme por haber tenido que ir hasta Irlanda para averiguarlo.
Y ahora si no os importa, me toca descansar.
5 comentaris:
Ànims, MA. I si mai vols anar a fer un cafè, saps on som!
Pues me has dejado mucho más intrigada de lo que estaba. ¿Tan grave es la enfermedad? Cuídate. Un abrazo.
Hey MA, mucho animo, soy Ismael, mandame un mail a ismaelnoche@gmail.com y dame tu numero fijo de Mallorca, que te llamare y hablare contigo. Espero que estes bien y no te lo tomes a mal, como dices, de los errores se aprende y al menos ya sabes lo que quieres.
Mucho animo
Ismael
Sigue escribiendo aunque hayas vuelto. Que vaya todo bien, un abrazo.
Bueno, yo tampoco estoy ya en Derry, pero eso no significa que no siga aprendiendo cosas de mi experiencia allí. Mejórate. Ánimos.
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