dimarts, 22 de juliol del 2008

Estira que viene pez

En directo desde Barcelona, 20 días después de salir de Mallorca, y por tanto a punto de establecer una nueva marca personal (lo sé, soy un pringao). Como la verdad es que estas vacaciones se me están haciendo cortas, no podría decir que me esté agobiando de estar aquí, antes al contrario. La verdad es que me traje mi portátil cargado de cine, series y lectura y apenas he podido tocar nada - de hecho, algunas de las cosas que me he traido para ver o leer llevan en cola desde Irlanda, lo que me hace pensar que solo con que me hubiera propuesto quedarme allí hasta que hubiera consumido todas las frikadas de las que iba equipado las cosas habrían podido suceder de otra manera. En fin, lo tendré en cuenta para la próxima vez.

Hablando de lo cual, una de las primeras cosas que hice en Barcelona aparte de mi siesta ritual en el Parc de la Ciutadella (un rincón que a mí personalmente me resulta muy relajante) fue acudir a una entrevista de trabajo a la que me presenté, como ya viene siendo habitual en mí, con la total despreocupación de quien no tiene nada que perder, incluyendo el hecho de que por circunstancias iba de turista, con gorra, bermudas, zapatillas, y por supuesto sin afeitar. Vale que tratándose de trabajar videojuegos la presencia no es el más valorado de los factores (en cierta ocasión, un lead programmer con el que me entrevisté me recibió descalzo - ahí queda), pero tal vez forcé un poco la situación. Pero quién sabe, cosas más extrañas han pasado.

Una vez superado el trámite de la entrevista, el viaje ya se ha justificado por asistir el domingo en el Pueblo Español al concierto de Loreena McKennit, una voz privilegiada donde las haya, y en el que además de disfrutar como hacía mucho tiempo, pude corregir la ironía de no tener un solo CD original suyo a pesar de ser una de mis artistas favoritas. Por si acaso alguien no la conoce, os dejo con una de sus mejores canciones en directo.


2 comentaris:

amelche ha dit...

Hmmm, si iba sin afeitar, con barba de cuatro días, igual a la señorita de RRHH le conquistaron tus encantos. Pero cuidado, porque igual es una señorita Rottermayer (o como se escriba) y luego te da la puñalada trapera.

amelche ha dit...

"Ibas" en el comentario anterior, no sé qué me pasa, que me voy saltando letras.