Una de las (muchas) ventajas de estar sin trabajo es poder permitirse el lujo de pasar la noche en vela y no tener que ir a trabajar después. Hace 19 años que sigo la entrega de los oscars en directo, y eso que ya no puedo verlos en la tele, pero una tradición es una tradición. Así que aquí mi paliza sobre lo que ha dado de sí la ración anual de ombliguismo made in hollywood.
Lo cual es por cierto el primer titular, cuando los cuatro premios actorales han ido a parar a las manos de dos ingleses, una francesa y un español, y los autores de la cinta agraciada con el gordo son el arquetipo de cineasta independiente, que aquí firman una película tan cruda que parecía jugar en contra de su propia popularidad. Respecto al resto de la pedrea, pocas veces se había visto mayor reparto de premios hasta el punto que casi ninguna de las principales candidatas se ha ido de vacío. No sé si habrá sido la huelga de guionistas o el efecto de un año pobre pero este año Hollywood ha parecido menos Hollywood que nunca.
Ya he comentado aquí mi debilidad por Juno, por otra parte candidata imposible a unos premios tan glamourosos, y que se ha llevado el premio de consolación de Mejor Guión Original, como en sus respectivos años les tocó a otras sorpresas impremiables como Little Miss Sunshine o Lost in Translation. Sin embargo, y reconociendo los méritos notables de Atonement, There Will Be Blood y Michael Clayton (que por cierto vi ayer mismo rescatada en una oportuna sesión de tarde) la cinta de los Coen era seguramente la opción más premiable, aunque no redonda, y en todo caso hace justicia a la carrera siempre arriesgada de sus autores. Como Coenómano de pro que cree que sus mejores películas son Barton Fink y The Man Who Wasn't There (ahí es nada) me siento reivindicado.
Pero como decía, este año Hollywood se ha parecido poco a sí mismo y tal vez por eso se han dejado oir sus voces más subversivas. Al menos en la pantalla, porque lo que es la ceremonia (que he recuperado a retazos en YouTube) ha sido de lo más sosita y previsible, aunque por fortuna breve (incluso los discursos!). Si hubiera que darle un premio al mejor momento, lo dejaría desierto.
Y si fuera yo el que tuviera que dar el premio a la mejor película del 2007? Pues repasando la ingente lista de todas las estrenadas, y no solo de las que han logrado la candidatura, confesaré que la película con la que mejor me lo he pasado en todo el año (aunque eso no sea decir gran cosa) ha sido una que no será lo que se dice una obra maestra, pero que al menos nunca se concibió para tratar de ganar ningún premio: Planet Terror, de Robert Rodríguez.
Por el cine sin complejos.
3 comentaris:
La peli del año?
Para mí, a riesgo de sonar ñoño, Stardust. No he leído la "novela ilustrada" (pienso enmendarlo), pero me lo pasé teta en el cine. Sólo por ver a De Niro de "loca desfeta" ya vale la pena...
No sabía que te gustara tanto el cine. A mí me gusta, pero creo que no con tanta pasión. Nunca me he quedado a ver o escuhar la noche de los óscars. :-) (Ni tampoco los Goya, ni nada.)
Con ese título de post y en el día de hoy, parece que hables de las elecciones, ¡ja,ja!
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